El mundo se detuvo un instante. Fue
apenas una milésima de segundo, un latido de corazón de un colibrí, pero cuando
se puso a girar de nuevo, todo había cambiado.
Los pájaros se olvidaron de volar
y sus plumas se convirtieron en escamas de sangre. Los peces ardieron bajo los
océanos y sus gritos provocaron burbujas en las cimas de las montañas. Y los
árboles marcharon en peregrinación hacia el desierto, acompañados por los
graves tañidos de las campanas en las que se habían transformado sus hojas.
Los humanos, sin embargo, ciegos,
sordos y mudos, siguieron corriendo hacia la nada.
Constricciones iniciales:
Extensión: 100 palabras.
Menciones especiales: Relato seleccionado como finalista semanal del concurso organizado por el programa "Wonderland", de RN4.
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